administración

Manejo del dolor en nuestra clínica de Jersey City

    Dolor antiinflamatorio - tratamiento y manejo
    Analgésico
    Anti-pasmódico

Analizar el dolor y la discapacidad debidos al dolor

El dolor es dinámico. Sin tratamiento, la información sensorial del tejido lesionado llega a las neuronas de la médula espinal y hace que se mejoren las respuestas posteriores. Los receptores del dolor en la periferia también se vuelven más sensibles después de una lesión.

La prevención y el control agresivos del dolor que se producen antes, durante y después de la cirugía pueden producir beneficios a corto y largo plazo

Organización de directrices

Para obtener el máximo beneficio, los médicos deben leer la guía completa. Sin embargo, la guía está organizada para que los usuarios puedan acceder fácilmente a las secciones de interés inmediato. Tras una discusión de por qué los médicos deben adoptar un enfoque agresivo para la prevención y el control del dolor posoperatorio, se describen los métodos de evaluación del dolor. Luego se presentan los métodos farmacológicos y no farmacológicos de control del dolor para el control general del dolor posoperatorio, seguidos de una discusión sobre el control del dolor para sitios quirúrgicos específicos y para tipos específicos de pacientes. La sección final analiza la responsabilidad institucional para el manejo eficaz del dolor. Los apéndices contienen una breve descripción de los métodos utilizados para la revisión científica y una tabla de evidencia científica para la intervención del dolor, herramientas de evaluación del dolor, tablas de dosificación de medicamentos para adultos y niños y ejercicios de relajación.

Proceso de evaluación y reevaluación del dolor

Woman holding her knee — Jersey City, NJ — Pain and Disability Institute
Old man having doctor's checkup — Jersey City, NJ — Pain and Disability Institute
Woman holding her head — Jersey City, NJ — Pain and Disability Institute

El dolor es una respuesta subjetiva compleja con varias características cuantificables, que incluyen intensidad, curso temporal, calidad, impacto y significado personal. La notificación del dolor es una transacción social entre el cuidador y el paciente.

    El manejo del dolor requiere una evaluación y un control exitosos Es necesario establecer una relación positiva entre los pacientes, los proveedores de atención médica y las familias Servicios de dolor postoperatorios e historial y evaluación preoperatoria
    La actitud de los pacientes hacia el fármaco también es importante para el manejo del dolor. Expectativas familiares Forma en que el paciente demuestra dolor
    Mecanismos de afrontamiento del paciente. Conocimientos, expectativas y elecciones del paciente.

Un indicador más confiable de la existencia e intensidad del dolor agudo, y de cualquier malestar o angustia afectiva resultante, es el autoinforme del paciente.

En el apéndice D se incluyen ejemplos de herramientas de evaluación del dolor de uso común. Tres herramientas comunes de medición de autoinforme útiles para evaluar la intensidad del dolor y la angustia afectiva en adultos y muchos niños son: 1) una escala de calificación numérica (NRS); 2) una escala analógica visual (VAS); y 3) una escala de calificación de adjetivos (ARS). Si bien muchos investigadores prefieren medidas analógicas visuales (Scott y Huskisson, 1976; Sriwatanakul, Kelvie, Lasagna, Calimlim, Weis y Mehta, 1983), cada una de estas herramientas puede ser un instrumento válido y confiable siempre que los puntos finales y los descriptores de adjetivos sean válidos. cuidadosamente seleccionados (Gracely y Wolskee, 1983; Houde, 1982; Sriwatanakul, Kelvie y Lasagna, 1982).

En el uso práctico, la escala analógica visual siempre se presenta gráficamente, generalmente con una línea de base de 10 cm y descriptores de adjetivo de punto final. Los pacientes colocan una marca en la línea en el punto que mejor representa su dolor. La escala analógica visual se puntúa midiendo la distancia entre la marca del paciente y el cero. Las escalas de calificación numéricas y adjetivas pueden presentarse gráficamente (ver apéndice D) o en otros formatos.

En resumen, los proveedores de atención médica deben ver el buen control del dolor como un motivo de orgullo y una gran responsabilidad en la atención de calidad.

Proceso de manejo efectivo del dolor

Manejo del dolor posoperatorio.

Como se ilustra en el diagrama de flujo (Figura 2), el proceso de manejo del dolor posoperatorio está en curso. Después de la anestesia y analgesia intraoperatorias, comienza la evaluación y el tratamiento del dolor posoperatorio. Con base en el plan preoperatorio, se inician intervenciones posoperatorias con y sin medicamentos. Los pacientes deben ser reevaluados a intervalos frecuentes (no menos de cada 2-4 horas durante las primeras 24 horas) para determinar la eficacia de la intervención para reducir el dolor. Si la intervención es ineficaz, se deben considerar otras causas de dolor, luego se debe reevaluar el plan y se deben realizar las modificaciones apropiadas. Las intervenciones farmacológicas deben titularse para lograr un control óptimo del dolor con efectos adversos mínimos. La reevaluación continua asegura un alivio satisfactorio del dolor con el equilibrio más adecuado de estrategias farmacológicas y no farmacológicas.

Planificación del alta.

Los pacientes hospitalizados, así como los pacientes quirúrgicos ambulatorios, deben recibir un plan de manejo del dolor por escrito al momento del alta. Las instrucciones de alta pertinentes relacionadas con el manejo del dolor incluyen: medicamentos específicos que se deben tomar; frecuencia de administración de fármacos; posibles efectos secundarios de la medicación; interacciones farmacológicas potenciales; precauciones específicas a seguir al tomar el medicamento (por ejemplo, limitaciones de actividad física, restricciones dietéticas); y nombre de la persona a quien notificar sobre problemas de dolor y otras inquietudes posoperatorias.

Control del dolor en un sitio específico

Incluso para una sola operación, puede haber una gran variabilidad en el enfoque del manejo del dolor posoperatorio en función de factores del paciente como la edad, el peso, la capacidad para comprender y cooperar con los planes de atención, los problemas médicos y psicológicos coexistentes y la sensibilidad idiosincrásica a los analgésicos; curso intraoperatorio, como tamaño y ubicación de las incisiones o colocación de drenaje o manejo anestésico; y recursos institucionales disponibles para tratamiento especializado y seguimiento en el entorno particular.

A pesar de estos factores variables, el médico aún puede delinear ciertas opciones de manejo del dolor para presentar a un paciente adulto cuyo manejo no es complicado de otra manera. Muchos aspectos del control del dolor se comparten entre operaciones en diferentes partes del cuerpo. Como referencia práctica, las opciones de manejo del dolor para varios procedimientos quirúrgicos se presentan según la región del cuerpo en lugar de según los mecanismos fisiopatológicos involucrados. En todos los casos, sin embargo, se debe considerar la preparación psicológica preoperatoria y la medicación, y la evaluación posoperatoria continua y la reevaluación del dolor deben ser de rutina. De esta forma, el dolor se puede controlar de forma eficaz. La vigilancia de los cambios en el dolor posoperatorio desencadenará búsquedas rápidas de causas significativas para el diagnóstico de nuevo dolor.

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